El ‘Imperio Fiat’ sigue en plena forma tras 15 años sin Gianni Agnelli
Un día, sólo 24 horas han separado la presentación de resultados del Grupo Fiat Chrysler con el aniversario de la muerte de Gianni Agnelli, el artífice que transformó la compañía local transalpina en una gran corporación internacional con presencia incluso en la cadavérica URSS. El vanidoso empresario retratado por Andy Warhol murió en 2003 de un cáncer de próstata, tres años más tarde del suicidio de su hijo Edoardo, pero su ausencia no ha frenado la velocidad de las cuentas de la firma. Ha cerrado 2017 con un beneficio neto de 3.510 millones de euros, un 90% más que un año antes. En plena forma, así es como está el ‘Imperio Fiat’. En plena forma como siempre lo estuvo ‘il avvocato’.
Grupo Fiat Chrysler ha cumplido con creces los objetivos que se había propuesto y ha duplicado su beneficio en 2017. Eso sí, en 2018 van a disparar a las estrellas y quieren alcanzar los 5.000 millones de euros en beneficio (+42%) y una facturación de 125.000 millones de euros.
La compañía italiana goza de una buena salud financiera y sigue en manos de la familia Agnelli, toda una institución en territorio italiano. Tras la muerte de Gianni, las riendas del imperio Fiat las tomó uno de sus nietos, John Elkann, el primogénito de su hija Margherita. Pero antes de ello, la desgracia ya se había ensañado con la adinerada y aristócrata familia Agnelli. En 1945, muere Giovanni Agnelli (fundador de Fiat) y el joven empresario es nombrado heredero absoluto. Su padre Edoardo había muerto una década atrás en un accidente de avión y su madre lo haría ese mismo año de 1945 en un accidente de coche.
Sería en 1966 cuando toma posesión de la presidencia y comienza su empeño por hacer de Fiat una gran compañía multisectorial e internacionalizada. Llega a un acuerdo accionarial con Citröen, sin embargo, la operación es frenada en seco por el Gobierno de Francia. No obstante, y a tenor de las cifras de 2017, el desarrollo de la firma es indiscutible.
Los Agnelli son para Italia como los Kennedy para los EEUU, poderío y elegancia por doquier. La familia italiana posee un 30% de las acciones de Fiat, un 23% de Ferrari, controla Chrysler y tiene más de un 43% de The Economist. Además, es dueño de la Juventus y está metido en el ajo del periodismo, es propietario de la cabecera “La Stampa”. Y no solamente eso, controla la inmobiliaria Cushman & Wakefield y ha comprado la aseguradora PartnerRe por 6.900 millones de dólares. Por cierto, una operación que John Elkann comunicó a sus parientes en un partido de fútbol en el antiguo Delle Alpi. Y eso sin contar con la importante pinacoteca que controla Ginevra, otra de las hermanas del clan italiano.
Pero no es el pulcro John el más conocido de los Agnelli, a pesar de gestionar el salvaje patrimonio, el ‘nietísimo’ más conocido del empresario de Turín ha sido siempre Lapo Elkann al estar envuelto de manera constante en escándalos relacionados con las drogas y el sexo. La última proeza del fundador de la marca de gafas Italia Independent ha sido fingir en Nueva York su propio secuestro y pedir un rescate de 10.000 dólares a sus familiares para seguir con la fiesta. Las autoridades lo pillaron ‘in fraganti’, fue arrestado y, otra vez, Lapo regresó a las primeras portadas de la prensa internacional.
Precisamente el ‘dandy’ Lapo, según comentan los medios locales, es el nieto más parecido a Gianni. Verdaderos influencers a la hora de vestir, personalidad arrolladora, cientos de amantes, miles de botellas de champange descorchadas en los lugares más lujos del mundo y coqueteos con las drogas. En el documental que HBO ha hecho sobre ‘il avvocato’, algunos de los amigos entrevistados afirman, mientras se tocan la nariz, que “estaba lleno de droga”.
“Le interesaba más vivir, solo ha leído ‘El viejo y el mar’ de Ernest Hemingway”, comenta en la cinta su hermana Susanna. Poco dado a leer, pero mucho a las “chicas, chicas, chicas”, según su otra hermana Clara. Entre sus amantes, sin contar obviamente a su mujer Marella Agnelli que aún vive, se encuentran Anita Ekberg –protagonista de ‘La Dolce Vita’-, Pamela Harriman –exmujer del hijo del primer ministro Churchill- o Jackie Kennedy, la primera dama de EEUU –casada en segundas nupcias con Onassis para disgusto de María Callas-, aunque en el caso de la estadounidense no se ha podido confirmar.
En definitiva, quince años con ‘il avvocato’ ausente, pero con el imperio que extendió por el mundo corriendo por los circuitos financieros a toda velocidad. Murió en 2003, tres años más tarde de la muerte de su hijo Edoardo al que le unía una venenosa relación que terminó en suicidio.
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